Inglaterra y Dinamarca se negaron a definir un ganador en 90 minutos. Los dos combatieron, se golpearon en diferentes momentos y, después de llegar a los tiempos extra, protagonizaron una semifinal de alarido para conocer al segundo finalista de la Eurocopa 2020.
Después del gol de Mikkel Damsgaard, un bombazo de tiro libre (30'), y del empate de Simon Kjaer, al 36', apareció la figura de Harry Kane en el alargue (105') para sentenciar el boleto de los ingleses a la final contra Italia, en uno de los partidos soñados por sus seguidores.
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Dinamarca, la selección más reveladora de la Euro, hizo cuanto pudo para confirmarse como uno de los contendientes en la definición por el título. No obstante, un descuido del portero Kasper Schmeichel permitió la reacción de su rival y golpeó el ánimo de los daneses.
De ahí que Inglaterra oliera la sangre y la persiguiera como vampiro. El empate de Kjaer, casi enseguida del 1-0 de Damsgaard, permitió que la táctica y estrategia de su equipo tuviera tiempo para ofrecer resultados.
Lo cerrado del partido obligó que ambos equipos jugaran 30 minutos más del tiempo regular, con la guardia arriba y el hambre de pelear por la Copa hasta el último suspiro. Dinamarca vendió la cara la derrota, pero finalmente se rindió.
Kane, goleador de la Premier League, cumplió con la tarea que se le había encomendado en este torneo: ser un hombre importante para su selección. Y allá fue cuando su equipo más lo necesitaba, marcando el gol definitivo en el primer tiempo extra después de un remate fallido desde los once pasos.
Ahora, los ingleses se medirán contra Italia en la final de la Euro 2020 para definir al monarca del Viejo Continente luego de un año en pandemia por culpa del Covid-19.
AJ