Era ganar o ganar para Cruz Azul. No importaba por cuánto ni la manera de hacerlo, siempre y cuando obtuviera el mejor resultado. Y lo consiguió. La Máquina se sacudió las dos derrotas en fila (una de ellas en las semifinales de Concachampions) y los cuatro partidos sin ganar en la Liga y derrotó al Querétaro (2-0) en el Estadio Azteca.
La prioridad para los dirigidos por Juan Reynoso era recuperar la moral y la confianza. Entre lesiones, convocatorias a la selección nacional y bajos niveles de juego, el campeón del futbol mexicano provocó cuestionamientos y rechiflas en sus últimos encuentros con aficionados.
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No fue la mejor noche para La Máquina. Por momentos, el equipo volvió a mostrar la dinámica e intensidad que lo caracterizó en el pasado torneo, con varias conexiones positivas por las bandas. No obstante, poco a poco el Querétaro le fue quitando la pelota y lo metió en su cancha.
El gol del triunfo de Bryan Angulo fue consecuencia de un error de la defensiva de Gallos. Tras olfatear una mala salida, el delantero ecuatoriano encaró en solitario a un par de rivales, los burló y remató por un lado del portero Washington Aguerre para el 1-0 casi definitivo (42').
La reacción del Querétaro y un penalti como sentencia
El complemento ofreció algunos minutos de dominio de Cruz Azul, pero también un Querétaro más dispuesto para conseguir el empate. Eso se tradujo en varios robos de pelota y centros al área defendida por Raúl Gudiño.
Los cambios de Reynoso le dieron mayor estabilidad a su equipo en el medio campo, de la misma manera que mandaron un mensaje hacia el exterior: ganar bajo cualquier circunstancia, aunque sea con todos atrás.
Y hacia ese objetivo fueron los jugadores celestes. En su camino, se encontraron con una mano dentro del área de Omar Mendoza, el cual les permitió sentenciar el encuentro desde los once pasos.
El encargado de ejecutarlo fue Lucas Passerini, uno de los más criticados por los aficionados, y no falló 2-0 (90').
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AJ