La eliminación del Atlético de Madrid de la Champions League, en los octavos de final ante el Chelsea, generó un tsunami dentro del plantel colchonero. Las consecuencias involucraron a dos actores principales: el técnico Diego Simeone y el uruguayo Luis Suárez, goleador del equipo.
La ruptura entre ambos se dio a los 14 minutos del segundo tiempo, cuando Simeone sacó a Suárez -de bajo rendimiento en el partido- y decidió el ingreso de Ángel Correa. El uruguayo se fue claramente fastidioso y evitó encontrarse con 'El Cholo' en la zona de bancas, sonriendo de manera irónica.
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"¿Si vi su reacción? Estaba mirando el partido. Lucho es un jugador importantísimo y, cuando uno sale, puede estar enojado", asumió el estratega del Atlético, restándole importancia a las diferencias mostradas durante la derrota.
Una sequía goleadora fuera de casa
El 'Pistolero' no marcó anotaciones y dejó uno precedente negativo en el principal torneo de la UEFA, que contrasta con su presente en La Liga: el uruguayo alcanzó 25 partidos consecutivos sin convertir en condición de visitante, aunque Simeone evitó responsabilizarlo completamente de la eliminación en Stamford Bridge.
AJ