El Himno Nacional de México suena dos veces en Europa: una en los altavoces de la Fórmula Uno y la otra improvisada en el reproductor de un celular. Dos veces también ondea la bandera tricolor con un par de pilotos mexicanos en lo más alto del podio: Sergio Pérez, laureado en el GP de Azerbaiyán, se roba las miradas de la televisión internacional; el otro, tiene sus ojos apenas asomándose en un casco que parece le ganará el peso al cuerpo de Mateo García, que con cinco años de edad se impone en su primera carrera en el Viejo Continente, en la categoría Bambino C50 New Era 2021 de la Super One Series.
La sensación la causa desde la pista y hasta las redes sociales, donde aparece como Mateo Driver en sus perfiles oficiales. Formó parte del Red Bull Show Run previo al Gran Premio de México, del que es embajador. Sergio Pérez, el piloto tapatío de la escudería austriaca, lo ve como el próximo mexicano en el Gran Circo.
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Quiero ser piloto de Fórmula Uno y ser campeón”, grita, decidido, intrépido, con esa voz aguda llena de energía y curiosidad.
Su inquietud a veces mete en problemas a su padre, Pepe Montaño. “Es una alegría enorme, pero sí hay que estar muy alerta”, cuenta el ex piloto de Nascar, quien guía a su hijo en el automovilismo para que siga desarrollando su capacidad motriz y coeficiente intelectual, por el que incluso han tenido que ajustar los cuidados de Mateo, pues suele convivir con niños de nueve o 10 años, rango de edad de los rivales a los que enfrenta en su categoría
En Inglaterra un día se nos perdió en los pits porque andaba jugando con otros niños. Lo fui a encontrar en unos pits con unas mamás que estaban muertas de risa. Llego y pregunto si todo está bien y las mamás: ‘Sí, es que tu niño nos está dando clases de español’, y yo: ‘¡No! Este niño debe aprender inglés no estar dando clases de español”, comparte la anécdota el orgulloso papá, entre risas.
Mateo García, la inocencia a toda velocidad
Pepe Montaño, reconoce: “tengo un hijo merolico”. La soltura con la que Mateo Driver platica es igual o mayor a la que tiene en la pista. La charla con el pequeño piloto es un juego de pinball: contesta, pregunta, se frena en seco y pide guardar secretos. La figura más joven del automovilismo mexicano no usa el freno al compartir sus gustos y pasiones, pero sí derrapa a la hora de hacer tarea.
¿Qué se siente ganar, Mateo?
Súper, súper, súper, súper, padre. ¿Sabes que estaba haciendo? Estaba cantando.
¿Qué cantabas?
Molotov, porque Micky Huidobro es mi amigo.
¿Qué es lo que más te gusta de manejar?
Las arrancadas son padrísimas.
¿Qué te gusta jugar cuando estás en casa?
Tengo una espada de madera, un escudo de madera, un casco de guerra. Y también juego con unos aviones, motos y coches. Y también lo hago en el lodo.
¿No te regañan?
Mi mamá a veces sí me regaña porque le voy a ensuciar la casa y la acababa de trapear. Me dice: ya no entres, te traigo ropa aquí y después ya puedes entrar.
¿Qué te dice tu papá cuando corres?
Toma esta curva por dentro, esta por fuera.
¿Eres muy obediente?
A veces. Cuando me dicen “recoge”, recojo, pero después saco otra cosa.
¿Qué quieres ser de grande?
Piloto de Fórmula Uno y campeón.
¿A quién admiras de la Fórmula Uno?
(Daniel) Ricciardo, (George) Rusell, Max (Verstappen), Lando Norris.
¿Y a Checo Pérez no?
Es buen piloto, pero me gusta más Máx. Yo le iba a Red Bull desde que Ricciardo ganó en Mónaco. Festejó y se aventó al agua.
¿Así quieres festejar tú?
Sí, algún día.
¿En qué equipo?
En Red Bull. Fui a Milton Keynes a pedir trabajo.
¿Y qué te dijeron?
Que estaba muy pequeñito. Que a los 10 años ya puedo trabajar. Me faltan otros cinco.
¿Sólo quieres correr en Fórmula Uno o en otra categoría?
Sólo en Fórmula Uno.
¿La Nascar no te gusta?
Sí, sólo porque… no, poquito, no. De hecho no, porque sólo das vuelta a la izquierda.
¿Qué te dicen tus amigos de que eres piloto?
Tengo cuatro amigos. Dicen que lo hago muy bien. Tengo una amiga que se llama Emma que vive en Alemania. Está bien bonita.
Cuando estés en Red Bull puedes invitarla a salir.
No, yo prefiero estar en el taller ensuciándome las manos.
¿Qué país te gusta más?
Inglaterra, porque ahí está Manchester. Es muy padre, también la comida como hotdogs, el estadio, Liverpool, el castillo donde estuvo Robin Hood, el de Nottingham.
¿Y qué tal los viajes a Inglaterra?
Bien. Sólo que volamos en Air France y como que no me gusta tanto la comida francesa.
¿Cuál es la comida que más te gusta?
La de aquí. El tomahawk, el tuétano, chilaquiles, el mixiote, los guajolotes de Tulancingo, Hidalgo. Y también tacos de tripa blandita.
¡Qué rico, Mateo! Ya me dio hambre
¿Tú ya comiste?
Apenas voy a comer.
Es que también cocino.
¿Qué te gusta cocinar?
Tomahawk. ¿Te gusta la carne tártara?
¡Uy! Me encanta. Con tostadas o galletitas.
Sí, con galletitas y panecitos.
Ya sé que te voy a invitar para la otra.
Carne tártara.
¿Y cómo va la tarea?
Ahorita no he hecho porque tuve entrevista, estoy entrenando con una pelotita de box, es de mano, te la amarras de la cabeza, sale un listoncito y le tienes que ir pegando.
¿Cuánto tiempo entrenas?
Una hora, media hora… luego hago entrenamiento con unas ligas, unas pelotas, para saltar la cuerda, el box. Me gusta el box, ya me vi todas las de Rocky y sólo llego a la tres de Rambo.
¿Qué otras películas te gustan?
Paw Patrol, Los Avengers, Marvel…
¿Quién es tu superhéroe favorito?
Capitán América. Me encanta su escudo.
¡Ah! Me dijiste que tienes un escudo de madera.
Pero tengo el de Capitán América.
¿Qué admiras de tu papá?
Como corría. Bueno no me acuerdo. Es que era muy bebecito. Un frijolito que nace de una semilla.
Hay una foto en la que apareces con tu papá y tu moto. ¿Todavía la usas?
La tengo de adorno. Quiero otra. También tengo una Escape M de gasolina Cross. Muy padre.
¿Tienes mascotas?
Tengo dos. No, tres. Bueno cuatro con los alacranes y cinco con las víboras.
—Interrumpo, te platico —dice su papá ante la travesura confesada de su hijo —Vivimos en el bosque, literal junto a un río, entonces el problemita de vivir así es que hay mucha víbora de cascabel y alacranes. Esas son mascotas no deseadas que aparecen. Perdón la interrupción. Ya las otras tres que te las siga platicando.
Mi gato se llama Bandini y es blanco con negro. Mi perro es color carne con blanco, medio raro el color, se llama Tomasso. Tengo un pez tiburón que no tiene nombre. Mi perro es muy grande, se porta bien, pero mi gato no porque rasguña.
Corres, cocinas, haces tarea... te rinde mucho el día, Mateo.
No, hoy no voy a hacer tarea
—Sí, sí, vas a hacer tarea, cómo no.
—Okaaaaay, al ratito— contesta resignado a su papá que a lo lejos salta ante la rebeldía del pequeño piloto, que juega con sus carritos de juguete a estar en un Gran Premio de Fórmula Uno.
Pongo un carro más por si chocan, los aviones para el show, pongo un globo adentro de la pista como adorno”, dice con soltura. “Tengo un Mazda 787B de juguete y un Ford 740, coches prototipos…”
¿Cuál es tu pista favorita de Fórmula Uno?
Mi pista favorita es Mónaco. Cuando se inaugura es pura fiesta, pero la arrancada y la carrera están más padres.
Después su papá es el que pregunta y Mateo de pronto se hace grande:
¿Cómo se llama la curva más cerrada de Mónaco?
Gran Hotel.
¿Y la curva más rápida de Spa?
Eau Rouge.
¿Qué motor tiene tu Mazda 787B?
El motor que tiene es un Wankel con un triángulo para más revoluciones y es un motor rotativo.
¿Qué motor tiene tu bocho?
Un motor boxer porque los pistones trabajan como si estuvieran boxeando.
Y regresa el reportero:
Sabes mucho de autos, Mateo.
Sí, mi papá me enseña.
Después me enseñas más.
Un día vienes a la casa y nos ayudas a restaurar nuestro bocho.
¿Qué más tienes en tu garage?
Una X6, una Tacoma y un Mazda que me regaló mi abuelo cuando murió.
¿Y ya lo manejas?
¿Te digo y no le le dices a nadie?
Llega tal vez la primera petición de Mateo para que la prensa no revele sus declaraciones, pese a su edad y tamaño que le obligan a usar los cojines de la sala para alcanzar los pedales de un auto, en el que da sus primeras vueltas, aunque después venga un regaño de mamá.
-Por Francisco Domínguez
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