Zlatan Ibrahimovic no conoce las medias tintas. Cada vez que hace algo, por pequeño que parezca, lo vuelve noticia. Más aún cuando falta el futbol en Europa. Su última locura ocurrió después de la Noche Buena, cuando se autoproclamó Papa Noel y dijo llevar regalos para sus 27 hijos; y se dio de nuevo a gran escala.
El nórdico decidió comprar un bosque de tres millones de euros (3.6 millones de dólares) en la frontera de Suecia con Noruega, para cazar y pescar en sus días libres, cuando decida retirarse definitivamente del futbol.
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El terreno en cuestión, el cual cuenta con más de mil hectáreas, se encuentra en la zona de Are, un pueblito montañoso en el que la familia de Ibra posee propiedades. Ahí, al aire libre, el delantero del Milán planea realizar dos de sus otras de sus pasiones. Además, obtuvo permiso para moverse en moto de nieve.
Con esta nueva locura, Ibrahimovic dio señales también de su futuro y reforzó las versiones sobre su próximo retiro de las canchas. Con 39 años, el futbolista buscará regresar a su país para despedirse del futbol, una vez que termine su contrato con el Milán en la Serie A de Italia.
Antes de sufrir un desgarro y quedar fuera de actividad, el sueco acumuló 10 goles en apenas seis encuentros disputados, luego de perderse la mayoría por coronavirus.
AH