Parece que fue ayer cuando Isaac del Toro, con solo 19 años, se convirtió en el primer ciclista mexicano en ganar el Tour de l’Avenir, también conocido como el Tour de Francia Sub-23. Aquel logro no solo marcó un antes y un después en su carrera, sino que también escribió un capítulo dorado para el ciclismo nacional.
El 27 de agosto de 2023, “Torito” se consagró campeón tras una competencia exigente y estratégica. Aunque no ganó la última etapa (terminó segundo detrás del italiano Giulio Pellizzari), su consistencia a lo largo de toda la carrera lo catapultó al primer lugar de la clasificación general con una ventaja de 1:13 sobre el mismo Pellizzari.
Su coronación fue histórica no solo por romper una barrera nunca antes alcanzada por un mexicano, sino por hacerlo con dominio absoluto: ganó todas las clasificaciones del evento, incluyendo líder general, de montaña, juvenil y por puntos.
La carrera de Isaac del Toro en el Tour de Francia Sub-23
Nacido en Baja California, Isaac sorprendió al mundo con su madurez competitiva y talento natural. Desde sus primeras competencias internacionales, demostró que tenía el nivel para pelear contra los mejores. Su participación en el Tour de l’Avenir fue el reflejo de un trabajo constante, disciplina y una capacidad impresionante para mantener el ritmo en etapas de alta montaña.
Aquel domingo en Val Cenis, el joven de Ensenada compartió ruta con figuras como Riccitello, Piganzoli y Rondel, todos considerados promesas del ciclismo mundial. Pero fue él quien mejor interpretó la carrera, aguantando ataques, gestionando su esfuerzo y capitalizando cada oportunidad.
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Un logro que marcó el camino del ciclismo mexicano
Ser el primer mexicano en ganar el Tour de Francia Sub-23 ya es motivo de orgullo, pero hacerlo dominando todas las clasificaciones lo convierte en una hazaña sin precedentes. No solo venció a los rivales más fuertes del mundo en su categoría, también se llevó el reconocimiento como el séptimo latinoamericano en conquistar este prestigioso título.
Su victoria fue más que una medalla: fue una señal para futuras generaciones de que el ciclismo mexicano puede competir al más alto nivel. A casi un año de ese histórico momento, su nombre sigue siendo sinónimo de esperanza, inspiración y orgullo para el deporte nacional.