La NFL está llena de historias inimaginables y uno de estos momentos se escribió en el Super Bowl XLII, en el que los Giants de Nueva York acabaron con el sueño de los Patriots y Tom Brady de terminar la temporada como campeones invictos.
Uno de los jugadores que le "robó" los reflectores al quarterback fue Plaxico Burress, quien logró el touchdown del triunfo para que la franquicia neoyorquina se llevara el Vince Lombardi y Nueva Inglaterra se quedara tendido sobre el campo, añorando el histórico título que no llegó al caer por 17-14.
"Recuerdo que Eli me dijo que, si veía cobertura sencilla sobre de mí, me lanzaría la pelota a la zona de la esquina. Cuando me alineé, vi que solamente había un esquinero frente a mí, supe que era mi turno", mencionó Burress a la web oficial de los Giants en aquel momento.
A pesar de ese glorioso episodio, ahora Plaxico Burress atraviesa problemas económicos, por lo que se vio obligado a vender su anillo de campeón, el cual ya fue subastado en una gran cantidad de dólares.
De acuerdo con algunos reportes, el exjugador de la NFL llegó a tener una riqueza de 30 millones de dólares; sin embargo, enfrentó varios problemas financieros que lo han levado a la ruina, como demandas civiles y no pagar impuestos.
¿En cuánto subastó Plaxico Burress su anillo del Super Bowl?
Tras los problemas económicos, el jugador decidió vender su preciado premio, por lo que de acuerdo con Heritage Auctions, el anillo fue vendido en 280 mil dólares.
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De acuerdo con los registros, es el segundo anillo con valor más alto en el mercado que se ha subastado, luego de la venta que se hizo de la joya del entrenador en jefe, Don McCafferty, de los Colts de Baltimore, que ganó en el Super Bowl V. Su precio en la subasta fue de 300 mil dólares, en 2002.
Plaxico Burress tuvo un historial polémico
Pittsburgh seleccionó al receptor en el Draft del 2000, donde pasó cinco campañas para luego llegar a los Giants, donde se convirtió en estrella al firmar por cuatro años. Sin embargo, en 2009 fue despedido y vino a la baja.
Fue suspendido por dos años de la NFL tras infringir el código de conducta de la Liga. Regresó en 2011 para jugar con los Jets y un año después terminó su carrera en Pittsburgh