Esa patada no pareció accidental. Jefferson Intriago llegó a toda velocidad para sacar un fuerte golpe con la pierna, fuera al balón o a lo que fuera, pero tenía que detener el avance de Charly Rodríguez, quien sintió el golpe a la altura de la pantorrilla. El grito fue incontenible porque, literalmente, dolió hasta el hueso, específicamente hasta el peroné que sufrió una fisura, La perla del Cruz Azul, surgida de Monterrey, veía un posible freno en la búsqueda por llegar al Mundial de Qatar 2022.
Después de su paso por España —con el Toledo— como parte de su formación, Monterrey lo convirtió en un baluarte. Después vino el cambio a La Máquina, con miras a una proyección que lo pudiera mantener en Selección Mexicana y posteriormente llevar a un equipo de Europa. “Tengo la ilusión de competir en Europa y el venir al Cruz Azul me facilita la puerta de salida hacia allá, eso fue importante para que se diera mi fichaje”, explicó. “Yo sé que habrá más opciones, pero debemos mostrar nuestro nivel, rindiendo alto”.
Charly Rodríguez, una perla sin freno
Gerardo Martino fue el responsable de darle la primera oportunidad en selección a Carlos Rodríguez, que el 23 de marzo de 2019 contaba con 22 años. La confirmación de tener un futuro prometedor con México fue en la Copa Oro de ese año, cuando fue titular ante la ausencia de Héctor Herrera por firmar su pase al Atlético de Madrid.
"¿A quién no le gusta poner por primera vez a la perlita? Todos levantamos la mano porque nos gusta encontrar a ese jugador diferente; me complace ver a Charly Rodríguez y seguramente mañana diré 'ése es mío', esa estrella me la pondré yo”, se vanaglorió el Tata con uno de los elementos a los que le dio su primera oportunidad en el Tricolor.
Charly tiene sentido de ubicación en la cancha. En el esquema de Martino es un interior con disciplina táctica, visión de juego, lectura y eso le permite anticiparse. Distribuye y tiene criterio. "Entre línea, Charly recibe bien, te hace jugar, te da pase de gol, tiene gol", dijo Juan Reynoso, su ex técnico en Cruz Azul. Pero después de la lesión que lo alejó de las canchas 79 días, no ha sido tan determinante como antes. Ahora suma 37 encuentros con el Tricolor —incluyendo el de Irak— y se perfila a ser titular contra Polonia.
Fue apenas el 26 de junio de este año que volvió a las canchas. Tenía poco menos de seis meses por delante para ganarse un lugar en el Tricolor para el Mundial. Si bien no ha sido el mismo de antes, aporta su madurez, técnica y estilo. “No nos olvidemos que nuestro número 8 (Charly Rodriguez), que yo sé que cuando ustedes lo ven jugar parece que tuviera 30 años y tiene 22, y tiene apenas su segundo partido con la Selección Mayor”, dijo Martino después del amistoso contra Venezuela en junio de 2019.
Tata Martino ha dirigido a los mejores futbolistas del mundo y tiene un estilo de futbol que me gusta. Desde la primera concentración me dio la confianza y eso me hizo sentir seguro al portar la camiseta de la selección, no me presioné dentro del campo”, manifestó el jugador a la agencia EFE y agregó a Univisión "Recibir un llamado es algo muy bonito, que te sorprende la primera vez que sale tu nombre en la lista (...) Tata es un gran técnico y me deja tranquilo de lo que tengo que hacer en la cancha".
La responsabilidad de Carlos Rodríguez será mayor todavía. Aunque la cara del Tricolor parece haber cambiado contra Irak, el mediocampo debe ser el motor que mantenga esa forma ante rivales de mayor envergadura como Polonia y Argentina. “Creo que todos nos fuimos con esa sensación de que podíamos dar un poco más, jugar un poco mejor. Está esa espinita, porque ya lo hemos hecho cuando arrancó el proceso, hacíamos grandes partidos con gran funcionamiento", aceptó, en una autocrítica, a TUDN.
Falta eso, a lo mejor volver a esa confianza con la que arrancamos el proceso, con la alegría de que jugábamos los partidos”, agregó. "No podemos presionar tanto, sino disfrutarlo. Los grandes sabrán lo que es disfrutar un Mundial, para ello hay que tener responsabilidad, pero también jugar con un poco de irresponsabilidad a la hora de arriesgar, de querer hacer algo más, de jugar en conjunto. Confío plenamente en el cuerpo técnico y todos los que vamos a la selección, así que no tengo dudas de qué será un gran Mundial”.
La perla del medio campo, quien heredará el toque de Héctor Herrera o la responsabilidad de Andrés Guardado, se frota las manos para el silbatazo inicial en la Copa del Mundo, sin freno, sino todo lo contrario, con esa irreverencia y técnica que le caracteriza y que puede llevarlo a Europa después de Qatar 2022.
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