El próximo encuentro entre México y Costa Rica en la Copa Oro no solo marcará un duelo clave por el liderato del Grupo A, sino también un enfrentamiento particular entre dos viejos conocidos del fútbol mexicano: Javier Aguirre y Miguel Herrera. Más allá de lo que está en juego dentro del campo, los entrenadores protagonizan una anécdota que ha despertado la curiosidad durante años.
Desde hace décadas, ambos técnicos se refieren entre risas a una supuesta relación familiar. Todo se originó por una coincidencia en los apellidos: el “Piojo” es "Herrera Aguirre", lo que dio pie a que, entre bromas y entrevistas, ambos aseguren ser primos cada vez que se cruzan. Aunque no existe ningún lazo sanguíneo entre ellos, la simpatía mutua ha hecho de esta historia parte del folclore futbolístico.
“Desde hace muchos años nos traemos que somos primos. Hasta la fecha somos primos”, comentó el exentrenador del América en una entrevista con ESPN. Y agregó: “Es un tipo extraordinario, una gran persona, con mucha estima... pero sí tengo claro que queremos ganar”. Por su parte, “El Vasco” suele responder con humor: “Dice que somos primos”, soltando una carcajada cada vez que le preguntan al respecto.

Una rivalidad con historia reciente
El choque entre ambos como entrenadores ya tiene un antecedente: ocurrió en septiembre de 2021 durante el Clásico Regio de la Liga MX. En esa ocasión, el Monterrey del Vasco superó 2-1 a los Tigres de el Piojo, marcando el primer cruce entre ambos desde el banquillo. Ahora, se reencuentran en un escenario internacional, con el liderato del grupo en juego.
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Tanto el combinado tricolor como el centroamericano llegan al duelo con el boleto asegurado a los cuartos de final de la Copa Oro 2025. Ambos elencos sumaron dos victorias en sus primeras presentaciones frente a República Dominicana y Surinam, lo que les permitió sellar su clasificación con una jornada de anticipación.
Más allá de la coincidencia
Aunque comparten una parte del apellido, sus trayectorias y orígenes son completamente distintos. Aguirre nació en la Ciudad de México, mientras que Herrera es oriundo de Hidalgo. Aun así, la anécdota ha perdurado en el tiempo y refleja la buena relación entre dos figuras que, más allá de la competencia, mantienen un vínculo marcado por el respeto y el sentido del humor.