La Comisión de Árbitros de la Federación Mexicana de Fútbol ha dado un paso firme en su intento por mejorar la calidad del arbitraje nacional. En medio de una etapa crítica y múltiples polémicas en la Liga MX, se ha anunciado la llegada de una figura de renombre internacional que tomará un papel clave como instructor dentro del organismo.
El argentino Horacio Elizondo, uno de los silbantes más reconocidos en la historia reciente del fútbol, se integrará al cuerpo de formación arbitral con el objetivo de profesionalizar, capacitar y elevar el nivel del gremio en México. Su arribo responde a una invitación directa de Juan Manuel Herrero, actual director de la Comisión de Árbitros.
Con experiencia mundialista y una carrera cargada de momentos históricos, este aportará su visión y experiencia en un momento en el que el arbitraje mexicano busca recuperar credibilidad. Además, su labor incluirá la evaluación de desempeño, aplicación del VAR y fortalecimiento de criterios en jugadas clave.
El árbitro que expulsó a Zidane en una final del mundo
Horacio Elizondo es recordado por ser el encargado de dirigir la final del Mundial de Alemania 2006 entre Italia y Francia, donde protagonizó una de las escenas más icónicas, e impactantes, del deporte moderno: la expulsión de Zinedine Zidane por un cabezazo a Marco Materazzi. Aquel episodio dio la vuelta al mundo, y aunque el argentino no presenció la acción directamente, el cuarto árbitro le informó del incidente, lo que marcó un antes y un después en el uso de asistentes en decisiones cruciales.
No fue su única marca histórica: también fue el primer árbitro en dirigir tanto el partido inaugural como la final en una misma Copa del Mundo. Además, tuvo una destacada trayectoria en torneos como la Copa Libertadores y múltiples Superclásicos entre River Plate y Boca Juniors.
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Su experiencia reciente en Costa Rica y nueva etapa en México
Antes de aterrizar en suelo mexicano, Horacio estuvo desarrollando labores como instructor arbitral en Costa Rica, donde trabajó de la mano con la federación local para profesionalizar a los jueces y reforzar su formación táctica y técnica.
Ahora, su reto es aún mayor: transformar una estructura que ha sido duramente señalada en los últimos torneos. La expectativa es alta, pero su experiencia y prestigio ofrecen una nueva esperanza para el arbitraje mexicano que busca recuperar la confianza de jugadores, técnicos y aficionados.
