El boxeo mexicano está de luto. Randy León, un joven peleador con futuro prometedor, fue asesinado la noche del 2 de mayo en calles del municipio de Ecatepec, Estado de México. El pugilista, de apenas 22 años, fue atacado a balazos junto a otro hombre, quien también falleció horas después. Ambos intentaron llegar al hospital por sus propios medios, pero sus heridas fueron letales.
El púgil venía de disputar su primera pelea internacional en Buenos Aires, donde buscó el título superligero Fedelatin de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), cayendo ante el local Ignacio Iribarren en el Casino de dicha localidad. A pesar de la derrota, su nombre ya sonaba entre los proyectos más sólidos del boxeo nacional. Lo promovía el excampeón mundial Humberto "Chiquita" González, quien apostaba por su crecimiento.
El crimen, ocurrido en la colonia Emiliano Zapata, fue tan repentino como brutal. Testigos indican que sujetos armados los sorprendieron y dispararon sin dar oportunidad de reacción. Hasta ahora no hay detenidos y las autoridades investigan el caso mientras la comunidad del box se une en duelo por una vida arrebatada antes de tiempo.
Un talento que apenas comenzaba a brillar
Randy Jaret León Loaiza había forjado un récord profesional con 15 victorias, siete por nocaut, dos empates y una sola derrota. Esa caída llegó apenas días antes de su muerte, en su debut internacional ante Iribarren. Aun así, su desempeño dejó claro que tenía madera para grandes cosas. Era disciplinado, enfocado y querido por su equipo, con el que soñaba en grande.
En redes sociales, tanto la Comisión de Box Profesional de la Ciudad de México como la Asociación Mundial de Boxeo lamentaron su fallecimiento. "Para él nuestras oraciones, para su familia y amigos nuestro cariño", publicó la Comisión, sumándose al pesar de cientos de aficionados y colegas.
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¿Qué se sabe del ataque?
Los hechos ocurrieron en plena vía pública. Según reportes, hombres armados dispararon directamente contra León y su acompañante, quienes intentaron llegar por su cuenta al hospital. La policía estatal y la Guardia Nacional acudieron al lugar para recabar indicios, pero no se ha detenido a nadie.
El caso sigue abierto y, por ahora, la única certeza es el dolor por una vida cortada cuando apenas comenzaba a florecer.